REFLEXIONES Y JUSTIFICACIÓN DE LA PROPUESTA
Por más reparos y críticas que se le asigne al sistema educativo actual, la sociedad no puede ni debe privarse de una formación académica general, integral, lo más cercana a la realidad social de cada país y a la apertura cultural del mundo. En esta época del siglo XXI se ha acelerado el desarrollado científico-tecnológico, la conectividad a las redes y el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) provocando cambios en una educación formal. Si bien algunos sectores van a la vanguardia con dicho desarrollo, otros se muestran lentos e indecisos por distintas razones. Se necesitan proyectos que faciliten su inserción con una formación tecnológica y humanística para que su aplicación sea integral y efectiva.
Seguramente habrá que contar con una práctica equilibrada y prudente, de acuerdos entre lo que ya está instalado y las propuestas provenientes de nuevas ideas y necesidades. Esto es, quizá, lo más dificultoso de transitar: la resistencia que existe en el ámbito educativo en admitir e incorporar nuevas propuestas cambiándolas o recreándolas con las ya existentes que proporcionan resultados certeros. Además, el esquema mental que ya se tiene sobre el tema debe enfrentarse a una parte sensible de la persona (cambio actitudinal) que es la que puede dificultar el accionar por tener que enfrentarse a nuevas situaciones desconocidas hasta el momento.
Pero no es lo único; también hay que asumir lo inherente al ser humano, consciente o inconsciente, como el egocentrismo, la rivalidad, competencia, antagonismo, ignorar que algo no se sabe o simplemente la imposibilidad de no poder variar o transformar el pensamiento, sentimientos y acciones que se pueden manifestar inconscientemente entorpeciendo el avance y buen funcionamiento de las nuevas acciones, si no se trabaja en ellos.
Por tal motivo, hay que ser muy cauto en las transformaciones e ir introduciéndolas pausada, equilibrada e inteligentemente para que sean aceptadas y bienvenidas: la disrupción inmediata en educación no es conveniente; se necesita un tiempo de reflexión y comprensión para lograrla; cuando el docente busca respuestas de cualquier forma y no se concentra en el problema, la situación de cambio e innovación se vuelve lenta y dificultosa.
Pero los cambios acelerados hacen que las acciones también tengan que serlo y aquellos que las proponen para llevarlas a la práctica, también tendrán que cambiar ciertos paradigmas inconscientes que son difíciles de transformar aún en personas muy empoderadas con lo que hacen. Si bien la idea se trasmite a través de la palabra y la escritura, la realidad no siempre muestra el resultado de esa idea porque, a pesar de que el discurso cambia, las acciones arraigadas de aquellos paradigmas que ya se aplicaron, a pesar de uno mismo, pueden quedar en el inconsciente y perturbar el momento de la apertura. ¿Por qué sucede? Porque la teoría es tan atrayente y la vida tan influyente que, si bien las ideas se pronuncian y fundamentan en la teoría, el proceso mental de trasformación para llegar a la práctica se diluye y las huellas que quedan son casi imborrables y dificulta el cambio. Solamente con un trabajo profundo desde el interior de uno mismo se pueden hacer conscientes y ahí se encontrará el camino para llegar a donde deben estar: en el aula. De no ser así, se seguirá censurando, declamando cambios, provocándolos, pero no llegarán.
Además, no se puede estar hablando hoy de los avances en informática y tecnología, de la ciencia y la robótica porque, para que cumplan una función positiva, pragmática, subliminal se necesitan mentes lúcidas, inteligentes, flexibles, sensibles, que son las que van a poder hacer una buena y adecuada aplicación de ellas. Por tal motivo la necesidad de una preparación de excelencia en la escuela, desde donde comienza la formación del niño, desde lo prenatal, es fundamental para que las trasformaciones sean posibles. Hay que evitar, mientras se pueda, que algunos de los avances tecnológicos perturben y oscurezcan a la humanidad; por el contrario, se deben incorporar con equilibrio y mesura para que sean parte integral de un proceso de mejora y excelencia de la formación humana.
El trabajo de reflexión interior y el querer hacerlo, es fundamental pero no lo único.
Existen procedimientos que facilitan la formación, sensibilizan y hacen tomar conciencia de lo que es capaz de pensar y hacer una persona más allá de las resistencias que puedan surgir. También ayudan a transformar pensamientos y actitudes, a superar obstáculos, ver la realidad tal cual se presenta y actuar con libertad. Como ya no existe una sola forma de hacer las cosas, la formación debe consistir en preparar al futuro docente o persona en general, para el desarrollo de su autogestión facilitándole herramientas y recursos que puedan contribuir al buen desarrollo de la misma.
El arte es uno de ellos; cumple una doble función: la de sensibilizar y reflexionar y la incursión a la cultura facilitando la apertura a otros conocimientos.
Las artes plásticas, la dramatización, la música, la expresión corporal y otros lenguajes expresivos que están en el devenir y origen del ser humano, son también las que ayudarán al desarrollo y a encontrar nuevos caminos innovadores, creativos y formativos de una enseñanza y aprendizaje de excelencia. En estas acciones siempre se es partícipe activo, ya sea observando, imaginando, descubriendo, actuando, orientando.
La formación y el vínculo con el arte facilitan el interactuar con el otro, llámense colegas o alumnos, amigos o ciudadanos comunes. Porque el arte tiene un valor cultural, vital y necesario para el ser humano desde que el hombre empezó a comunicarse para expresar una visión sensible acerca del mundo y de la vida. El arte es el lenguaje universal que permite comunicar los aspectos más relevantes que un hombre debe adquirir: los valores.
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