COMPETENCIAS QUE SE DEBEN POTENCIAR EN LOS DOCENTES
Innovación
Al hablar de innovación lo estamos haciendo desde un término y acción conocidas; en este momento ¿quién no habla de innovación? Se pueden dar infinidad de definiciones que seguramente todas llegarán a resultados similares. Para innovar es necesario tener incorporadas una serie de condiciones y actitudes que, si no se tienen por naturaleza, hay que adquirirlas trabajando intensamente en proyectos que lo permitan.
Para comenzar se tomó dos definiciones: una, de Juan Escudero (Pascual, 1988: 86) y la otra, de Jaume Carbonell (cañal de León, 2002: 11-12). La primera, señala que: “Innovación educativa significa una batalla a la realidad tal cual es, a lo mecánico, rutinario y usual, a la fuerza de los hechos y al paso de la inercia. (…) Reclama la apertura de una rendija utópica en el seno de un sistema que, como el educativo, disfruta de un exceso de tradición, perpetuación y conservación del pasado (…). Innovación equivale, ha de equivaler, a un determinado clima en todo el sistema educativo que, desde la administración a los profesores y alumnos, propicie la disposición a indagar, descubrir, reflexionar, criticar… cambiar.”
La segunda, señala que es: “(un) conjunto de ideas, procesos y estrategias, más o menos sistematizadas, mediante las cuales se trata de introducir y provocar cambios en las prácticas educativas vigentes. Su propósito es alterar la realidad actual, modificando concepciones y actitudes, alterando métodos e intervenciones y mejorando o transformando, según los casos, los procesos de enseñanza y aprendizaje. La innovación, por tanto, va asociada al cambio y tiene un componente – explícito u oculto- ideológico, cognitivo, ético y afectivo. Porque la innovación apela a la subjetividad del sujeto y al desarrollo de su individualidad, así como las relaciones teoría-práctica inherentes al acto educativo.”
¿Cuáles son las actitudes para innovar?
No sólo con los deseos y el discurso se innova; hay que querer y sentir la necesidad de hacerlo. Hay que estar intelectualmente preparado, ser sincero consigo mismo, abierto para la recepción de nuevas ideas y sensible para poder aceptar lo diferente.
La acción de innovar requiere poner en función recursos que hagan que ésta suceda, por lo tanto, una de las actitudes necesarias para innovar es la flexibilidad que permite aceptar los desafíos y los obstáculos que se presentan en la vida y poder sortearlos; convivir con la incertidumbre; animarse a tomar riesgos y actuar; romper o cambiar con nuestros paradigmas estancos; experimentar, ser obstinado y perseverante. Santiago Bilinkis, emprendedor y tecnólogo, argentino, expresa: “Si creen que cambiar es arriesgado, prueben el riesgo de no cambiar”.
Imaginación
La imaginación es el paso inicial para llegar a la creatividad y luego a la innovación. No se puede innovar sin una rica imaginación que permita crear nuevas situaciones. La imaginación puede tener un sinfín de definiciones, pero no es eso lo que ahora importa, lo que interesa es lo que provoca en cada persona, ya sea niño joven o adulto, el acto de imaginar. Existen recursos, herramientas, situaciones que pueden hacerla más rica e interesante. Al imaginar, la persona manipula información de la memoria convirtiéndola en una nueva realidad o logra representar imágenes de cosas reales o ideales; puede tener in mente un objeto que ha vislumbrado con anterioridad y crear algo nuevo sin ningún sustento real. La imaginación no tiene límites y tanto puede llevar a solucionar problemas como también a crearlos.
Asimismo se asocia con el pensamiento lateral o divergente que Edgar De Bono ha desarrollado en su numerosa bibliografía[1], cuando afirma: (…) “El objetivo del pensamiento lateral o divergente no es elaborar ideas correctas, sino gran número de ideas, (…) luego se examinarán y se seleccionarán según corresponda. La práctica de este pensamiento es fundamental para la aplicación de la imaginación y la creatividad en acciones cotidianas y fundamentalmente educativas que son las que ayudarán a que esta tarea sea una práctica corriente en el aula. La base de esta técnica es la búsqueda de caminos alternativos a los propuestos tradicionalmente.” Cuando surge una buena idea, muchos se preguntan cómo ocurrió o cómo no me di cuenta. La respuesta quizá sea el permiso que cada uno se da para imaginar, sin miedo a lo desconocido y dejando atrás preconceptos y conformismos. También los sentidos son una fuente inspiradora de la imaginación; el tacto, los estímulos visuales, los sonidos, el olfato o el gusto pueden ser generadores de gran imaginación produciendo ideas, imágenes reales o imaginarias, sensaciones y sentimientos que enriquece la percepción.
Creatividad
A la pregunta tan conocida: “El creativo ¿nace o se hace?”, ¿qué contestaría?
Como se dijo anteriormente la creatividad es una consecuencia de la imaginación. Cuanto mayor sea la práctica de imaginar, tanta más rica va a ser la creatividad. Así que se puede decir que todo ser humano tiene el don de la creatividad, aunque unos la desarrollan más que otros. La creatividad, denominada también pensamiento original, creativo, imaginación constructiva o pensamiento divergente, es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos, o nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos que normalmente llevan a conclusiones nuevas, resuelven problemas, pueden crear otros, y producen soluciones originales.
De Bono, Edgar, (1986) “El Pensamiento Lateral” Paidós Studio. Howard Gardner (1999)[2] afirma que: “La creatividad no es una especie de fluido que puede manar en cualquier dirección. La vida de la mente se divide en diferentes regiones, que yo denomino ‘inteligencias’, como la matemática, el lenguaje o la música. Y en una determinada persona puede ser muy original e incentiva en una de esas áreas sin ser particularmente creativa en ninguna de las demás”. La creatividad o el pensamiento original, es un proceso mental que si bien nace de la imaginación puede englobar otros procesos mentales desde donde surge la idea creativa. La cualidad de la creatividad puede ser valorada por el resultado final, por las posibilidades de adaptabilidad, por la originalidad, por el proceso realizado o por sus posibilidades de realización concreta. No debería quedar en el plano individual sino transformarse en una acción colectiva y en un proceso social capaz de derivar en productividad, diversidad, cultura y nuevos conocimientos. Puede suceder que durante algún tiempo se haya estado trabajando de una determinada manera, consciente o inconsciente, y con el tiempo, la creatividad aparece. Entonces, este acto se puede confundir con algo inmediato, pero en realidad ya se estaba gestando.
Las conductas creativas suelen producir transformaciones disruptivas en todos los ámbitos y éstas son positivas, pero en educación se requiere de un tiempo mayor debido al proceso necesario para el cambio y al tiempo de acomodación mental que necesitan los docentes. Estas alteraciones requieren de flexibilidad mental, adaptación y resolución a la ambigüedad e incertidumbre y al inconformismo frente a las rutinas, procedimientos poco familiares y difíciles de asumir. Edward de Bono sostiene que: “Todo pensamiento que no es rutina requiere nuevo pensamiento, y eso significa pensamiento lateral. Todo pensamiento rutinario también requiere de un desafío de vez en cuando.” Para ser creativo es preciso transformar las conductas que dificultan el pensar creativo y adoptar una serie de técnicas que permitan estimular los sentidos, desarrollar la intuición, potenciar la mente, promover la crítica constructiva, el trabajo integrado y la posibilidad de formular problemas que requieren mucha más creatividad que resolver los que ya tienen una solución. David Perkins 10 (2010) destacó que: (…) “La escuela es casi el único lugar donde los problemas ya están formulados para que uno los resuelva.” (…) Pero todo cambio depende de la motivación y actitud de cada uno. En educación, para que una creación tenga valor debe ser viable y es su implementación la etapa culminante del proceso creativo que le da sentido social. La educación es el ámbito más propicio para la formación de personas creativas, ya sea en el espacio técnico, tecnológico, científico, social, político, empresarial, artístico. Por lo tanto, se pone de manifiesto la necesidad de un proceso educativo holístico, porque la creatividad no sólo se manifiesta en los campos artísticos, sino en todos los ámbitos del desenvolvimiento humano, incluyendo la forma de ser y de relacionarse con el mundo, consigo mismo y con los demás.
Motivación
¿Qué es la motivación? ¿Por qué es importante motivar?
La motivación es el motivo o la razón que provoca la realización o la omisión de una acción. Es un impulso interno que lleva a actuar y, supuestamente, conseguir lo que uno se propone. Sin motivación no hay acción. Puede ser que la motivación proceda del interés por conocer sobre un tema determinado o porque se necesita saber sobre algo en especial; en ese caso la búsqueda la hace uno mismo por propia iniciativa. Pero cuando se hace referencia a la tarea docente, sobre aquellos temas o contenidos dignos de ser enseñados, la situación es otra: el interés hay que provocarlo. Hay dos opciones: se informa al alumno sobre el tema a tratar y se le indica lo que tiene que hacer (acción tradicional de la enseñanza) o se origina un acto que le provoque asombro e interés estimulando la acción de búsqueda; los resultados de esta última opción, provocarán un conocimiento profundo producto de la acción del docente y del interés del alumno quien podrá aplicarlo en distintas circunstancias y en el momento adecuado. La motivación incrementa el esfuerzo, la necesidad de búsqueda, el interés y persistencia en la tarea. Aumenta la iniciativa, mejora las habilidades de pensamiento cognitivo y promueve y desarrolla el desempeño grupal. Otro factor a atender es el relacionado con la atmósfera que se crea en el aula; ésta debe ser cálida, armónica y en sintonía positiva. Se suelen distinguir dos clases de motivaciones: intrínseca y extrínseca. En la primera, la intrínseca, la persona realiza una actividad por incentivos internos, por el propio placer de realizarla, es decir, la satisfacción no está determinada por factores externos. En la segunda, la extrínseca, el estímulo o incentivo que mueve a una persona a realizar una actividad viene dado desde afuera, es un incentivo externo. En educación, en la mayoría de los casos, la motivación es extrínseca, pero se debe tratar que ésta se convierta en intrínseca para encontrar motivaciones interiores. Osho (2012; 138)[3] justifica una de las acciones cuando dice: (…) “nosotros necesitamos que nos digan lo que tenemos que hacer. Y existe una razón muy sutil para ello: cuando alguien te dice lo que tienes que hacer, no es tuya la responsabilidad; no tienes que pensar en ello, ni preocuparte. Toda la responsabilidad recae sobre la persona que te ordena que hagas algo. Debemos comprenderlo una vez por todas: la energía jamás puede reprimirse. La energía puede transformarse, pero no reprimirse.” (...)
Liderazgo
El concepto o idea de líder, según distintos especialistas en el tema, es visto como la persona capaz de incentivar, motivar y ejercer influencia en el comportamiento o modo de pensar de su personal de equipo con el propósito de trabajar por un bien común. Borja Vilaseca (2014)[4] afirma que: (…) “el líder es un ser humano con visión de gestionar a sus colaboradores con inteligencia emocional y relacionarse con ellos con humildad y empatía.” El nuevo paradigma ya habla acerca del “liderazgo inspirador”, que consiste en el arte de inspirar a la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de un propósito orientado al bien común de la sociedad. A su vez, el líder consciente crea un marco de cooperación entre los miembros que forman parte de su equipo. Y más allá de aportar grandes ideas, construye un clima de confianza, respeto y honestidad que fomenta que estas aparezcan y fluyan sin cesar. Y se gana su autoridad como consecuencia del servicio que presta a sus colaboradores. “El verdadero liderazgo –dice Vilaseca- surge desde adentro. Y para que aflore, solo hay un camino: conocernos a nosotros mismos. De ahí que la transformación personal sea la puerta hacia el verdadero liderazgo. –Y agrega- No podemos convertirnos en auténticos líderes hasta que no seamos personas auténticas. Y no seremos personas auténticas hasta que nos liberemos de nuestros deseos y miedos inconscientes.”
En el trabajo que se presenta se concibe a un líder democrático con las características anteriormente mencionadas. Un líder que sepa preguntar, escuchar y aceptar las diferentes respuestas para trabajar con ellas. Un líder que sea orientador, apaciguador, con amplitud de criterio; que reflexione antes de dar una respuesta, que permita la participación de todos en la toma de decisiones, dando seguridad y confianza para que los participantes puedan preguntar sin temor; atento a los posibles cambios que suelen suceder, flexible en sus convicciones. Conocedor de que puede equivocarse, y aceptar posibles agresiones verbales encubiertas o cambios de comportamiento, debido a distintas personalidades, y continuar con su objetivo.
Aprendizaje con TIC
Fundamentación
La adquisición de habilidades digitales es tan necesaria como el fortalecimiento del aprendizaje intelectual, social y emocional.
Silvia Bacher (2009)[5] reflexiona sobre la implicancia de la tecnología en la educación. (…) “Si bien existe consenso acerca de la importancia del ingreso de las tecnologías en las aulas, éstas no garantizan per se ni la innovación pedagógica, la calidad educativa, el pensamiento crítico, y la inclusión (…)”
Las TIC se integraron, se globalizaron, pusieron al mundo en red. No se concibe aún seguir hablando de incluirlas en el aula, ya están dentro de ella. Pero, al decir de Bacher, deben garantizar la excelencia, la buena aplicación, la imprescindibilidad de su función.
Si bien la tecnología debe ser promotora de innovación, lo importante es qué hace el docente con ella. El acompañamiento del maestro es fundamental no solo para que el alumno recurra al dispositivo adecuado para informarse, sino que también para que comprenda esa información.
Judit Schneider, responsable de INET (Formación Docente del Instituto Nacional de Educación Técnica) (2019): “Sin el corazón de los docentes no ocurre ninguna transformación”. Y siguió: “La revolución tecnológica no está del codo hacia la mano – mover dispositivos-, sino del codo hacia la cabeza, el pensamiento computacional”. Y refiere que estamos en el momento de las TAC, la tecnología del aprendizaje y la comunicación. Porque el sujeto no está centrado en las formas de enseñar sino en las formas de aprender. Una sociedad en proceso de cambio permanente, que crecientemente demanda conocimientos sobre nuevas tecnologías, requiere imprescindible la incorporación, integración y aprovechamiento pedagógico de las tecnologías de la información y la comunicación en el sistema educativo.
En este sentido, para poner el eje principal en la formación de recursos humanos con competencias para desempeñarse en un sector dinámico y demandante del ámbito laboral, es necesario comprender la importancia de la capacitación en gestionar la información, el desarrollo de capacidad de innovación y de actualización permanente, que incluya y exceda las habilidades informáticas.
El nuevo rol del estudiante activo y protagonista es también de exigencia para el docente, implicando creatividad permanente, la autonomía gradual y la generación de ambientes donde el estudiante se sienta motivado para aprender “haciendo”.
¿Qué valor le agregan las TIC al proceso de enseñanza y de aprendizaje?
- - Principio de educabilidad.
- - Las TIC permiten apostar a la inclusión.
- - Ofrecen espacios de intimidad. Retroalimentan en forma instantánea (foros, chats). Retroalimenta en intercambios diferidos (reflexionados). Retroalimenta simple pero continua (historiales de participación) con reportes cuantitativos y estadísticos.
- - Prácticas meta cognitivas: al estar accesibles los registros, se le puede solicitar al alumno que vuelva a revisar sus respuestas.
- - Retroalimenta formando parte del proceso: textos colaborativos.
- - Procesos recursivos, reflexivos y meta cognitivo son altamente individualizados. Se registra la participación de cada uno.
- - La evaluación colegiada: abren nuevas oportunidades para el ejercicio, para habilitar el espacio público, construir lo común.