PARA COMENZAR, PARA REFLEXIONAR, PARA INTERACTUAR...
¿Por qué hablamos de geometría y arte?
¿El hombre conocía los conceptos geométricos cuando comenzó a expresarse, o las aprendió a partir de observar esas expresiones para poder realizar su ciencia?
¿Hombre, ciencia y arte no constituirán un conjunto integrado e indivisible?
Si el mundo que habitamos es geométrico y el hombre, el único capaz de manifestarlo en el plano artístico, de la misma manera, es él, en calidad de tal, quien puede interpretar la geometría como ciencia.
¿Por qué hablamos aquí de geometría y arte? No porque pensemos que el arte se subordina a la geometría o viceversa, sino porque creemos en la retroalimentación de una a favor de la otra para así facilitar el desarrollo de niveles superiores de pensamiento, y ello sólo el arte puede lograrlo.
Compartir los contenidos geométricos con el arte como estrategia general y fuente de motivación mejora la calidad educativa, por aplicar a la ciencia la actividad humana que nos permite la experimentación, el goce y el placer que brinda el descubrimiento.
Una de las ideas de incorporar el arte a la enseñanza de la geometría es posibilitar al docente una forma de evaluar los resultados del proceso realizado por los niños, en las actividades del espacio geométrico, de una forma no convencional, haciéndolo desde la misma esencia de la naturaleza, desde donde el artista se inspiró para aplicarlo en su obra de acuerdo a su observación, a su cultura y sus creencias sociales, culturales y religiosas, o sea, a su época.
La observación del niño, ayudado por el docente, hará que éste se eduque, se agilice y se convierta en un observador de lo que lo rodea, encontrando y aplicando, dentro de su entorno y de su cotidianidad, los conocimiento adquiridos.
Para finalizar, para reflexionar, para interactuar...