EVALUACIÓN

Hay muchas formas de evaluar, pero para los proyectos que se presentan en este sitio es necesario una evaluación dentro del contexto en donde el docente pregunta inteligentemente y el alumno contesta lo que aquel le solicita con una respuesta personal, peculiar. Para ello, el alumno debe contar con un espacio de diálogo interior, una forma de pensar a solas. Esta acción abre puertas al mundo interno de cada uno y toma distancia de pensamientos ajenos que muchas veces no dejan crecer e independizarse mentalmente.

Rebeca Anijovich y Graciela Cappelletti [1] manifiestan: "...se trata de una perspectiva de evaluación con participación activa del estudiante, en la resolución de problemas significativos y complejos, por medio de tareas que pongan en juego sus saberes previos, sus habilidades cognitivas y metacognitivas, sus valores, sus actitudes y sus intereses, en la integración de conocimientos de diversas disciplinas... La respuesta debe ser producto de la elaboración del alumno sobre lo que le han preguntado, ...poniendo en juego sus saberes, visibilizando sus logros, aprendiendo a reconocer sus fortalezas y debilidades como estudiantes..."

La evaluación debe ser formativa y permitir la aplicación de otros medios de expresión, pudiendo recurrir a parámetros diferentes a los tradicionales.

Debe permitir la reflexión y ser utilizada para identificar los obstáculos que tiene el alumno para expresarse de solo una manera, de tal forma que, a través de mecanismos innovadores, éste pueda encontrar otras formas de expresarse más acordes con su persona, logrando así mayor seguridad y confianza para trasmitir su conocimiento.

Proporciona información valiosa tanto al docente como al alumno, porque muestra los resultados de un proceso y advierte sobre los comportamientos a seguir, tanto del evaluado como del que evalúa.

¿Qué acciones y actitudes se deben cumplir para evaluar y ser evaluado? Que lo aprendido enriquezca al alumno en su fase intelectual, social y sensitiva; posibilite llevar a la práctica lo aprendido y ser aplicado en el momento oportuno; abra caminos a nuevos conocimientos; se establezca un ambiente de respeto y confianza, y que fomente y aplique la autoevaluación, entre otros.

Es difícil en este momento aceptar y asumir una evaluación basada en la confianza, respeto y comprensión, que nada tienen que ver con la calificación que el alumno pueda obtener, sino con las actitudes que se emplean, considerando que no es un espacio de sufrimiento sino uno en el cual el alumno debe ser consciente de su nivel de aprendizaje de los conocimientos abordados.

[1] Anijovich R. y Cappelletti G. (2017), "La educación como oportunidad", Ediciones Paidós.